Vega Sicilia se ha pasado con cepas y bagajes a Toro, una región zamorana donde bodegueros y aficionados al mundo del vino han puesto sus ojos desde hace algunos años. Y es que la mítica bodega vallisoletana de la Ribera del Duero, que ha ido desembarcando sin prisas y con discreción extrema para no disparar los precios en la denominación de origen zamorana, ha colocado en el mercado, por primera vez, 80.000 botellas de Pintia, procedentes de sus nuevos viñedos situados junto al pueblo de San Román de hornija (Valladolid). Una cuantía insuficiente para satisfacer a su fiel clientela que hizo pedidos del nuevo vino por el equivalente a 140.000 botellas.
El interés en la zona de Toro por parte de la bodega vallisoletana no es algo nuevo. Todo empezó en 1996, cuando Pablo Álvarez, director general de Vega Sicilia, y miembro de la familia propietaria de la bodega, se dio cuenta del enorme potencial que tenía una región hasta la fecha ignorada en el exclusivo mundo del vino.
“Es una zona en la que pensábamos que se podía hacer un magnífico vino tinto aunque entonces tenía claro, y hoy lo sigo teniendo, que será difícil obtener vinos con la complejidad y la elegancia que se puede llegar a conseguir en las tierras de la Ribera del Duero”, dice Pablo Álvarez.
Vega Sicilia fue, desde esa fecha, comprando poco a poco tierras. No resulta fácil. Tuvo que utilizar un intermediario para que los vendedores no supieran que estaban interesados en esas viñas, ya que de lo contrario el precio se hubiera incrementado en una proporción maltusiana. El resultado ya es visible: 90 hectáreas – 45 de viña de la variedad tinta de toro con edades comprendidas entre 20 y 40 años y 45 hectáreas de lo que se denomina tierra limpia, sin plantar totalmente – situadas a escasos 100 metros del pueblo de San Román de Hornija (que pertenece a Valladolid, aunque está situado dentro de la Denominación de Origen “Toro”)
Y como fruto de todos estos esfuerzos un vino, Pintia, que los expertos califican de “espectacular” y cuya demanda supera con creces la oferta. De hecho, se ha utilizado el mismo sistema de cupos que rige en Vega Sicilia, por lo que sólo unos pocos afortunados han podido disfrutarlo.
“La primera cosecha ha sido un éxito. Hemos elaborado 80.000 botellas y en la primera semana ya teníamos pedidos superiores a las 140.000 botellas. Así que hubiéramos podido vender varias veces la producción, aunque éste no es nuestro objetivo”, revela el director general de Vega Sicilia.
En las peticiones han tenido preferencia los socios de Vega Sicilia y Alión y no se han podido atender, por falta de vino, a unos 1.000 clientes. Los primeros pudieron comprar la botella de Pintia a un precio de 12 euros más IVA. Una cantidad que se duplica al allegar a la tienda.
En cuanto a su elaboración, la uva se fermenta en tinos de madera de 12.000 kilogramos de capacidad termoregulados. La fermentación dura entre nueve y doce días e, inmediatamente, y una vez secos, los vinos pasan a barricas, un 70% de roble francés y un 30% de roble americano hecho, eso sí, en Vega Sicilia.
En las barricas se efectúa la fermentación maloláctica y se deja envejecer durante 14 meses a las espera del ensamblaje final y del embotellado. La botella de Pintia se guarda durante un año hasta que sale al mercado.
En Vega Sicilia la cuenta de resultados importa, pero bastante menos qye en cualquier otra empresa. Integrada en el grupo Eulen, lleva una gestión al margen de éste y no mantiene ninguna relación jurídica. Por eso las cifras no reflejan la importancia que conlleva cualquier nuevo proyecto de la que es, sin ninguna duda, la bodega española más importante.
Además, uno de sus vinos, concretamente un doble mágnum Vega Sicilia Único de 1986, ostenta el récord de haber logrado el precio más alto jamás alcanzado en una subasta por un tinto español. Nada menos que 65.000 dólares (52.000 euros) pagó hace pocos meses un ávido coleccionista norteamericano por una botella.
El objetivo que se ha establecido la empresa agrícola vallisoletana con Pintia es alcanzar dentro de cinco ejercicios una producción de 250.000 botellas anuales.
Este primer año facturará 1,04 millones de euros por la venta del vino, una cantidad que se espera triplicar conforme se pueda ir aumentando la producción.
De momento, la añada de 2001, la que se está comercializando actualmente, consta de 80.000 botellas, mientras que la de 2002 es de 104.000 y la del ejercicio 2003 de unas 135.000 botellas.
Este año está previsto elaborar 180.000 kilos de uvas que se convertirán en 150.000 botellas. Con este ritmo de producción se alcanzarán las 250.000 unidades del nuevo vino de Toro en 2009.
Las nuevas instalaciones de Pintia, estarán terminadas a finales de año y forman parte de un proyecto al que se han destinado unos 10 millones de euros, una inversión ambiciosa si tenemos presente que la facturación de Vega Sicilia el año pasado fue de 30 millones de euros ( a partir de la comercialización de las marcas Vega Sicilia y Alión) y que este ejercicio alcanzará los 33 millones de euros.
No hay que olvidar que las ventas de esta bodega varían mucho en función de la cantidad de vino del que disponga ese año.
Fuente: Miguel Ángel García Vega (El País, 11 de julio de 2004)