Una de las labores culturales que el agricultor realiza anualmente es la poda de invierno. Esta poda consiste en suprimir total o parcialmente ciertos órganos de la vid, principalmente pámpanos y sarmientos. La poda reduce la carga o producción de la cepa y el tamaño del sistema vegetativo y altera el equilibrio entre esos dos parámetros para compensarlos.
Algunas de las razones para podar la viña son:
1º- Alargar la vida de la vid.
2º- Asegurar la cosecha de un año para otro.
3º- Modificar su forma, ya que si se les permite crecer libremente como trepadoras, no son manejables. La forma de la viña actual tiene muchas obligaciones, como es la de ajustarla a espalderas de manera que los pasillos entre filas sean accesibles a personas y a maquinaria.
4º- Maximizar la fotosíntesis en función del sistema de conducción, con el fin de obtener uva más equilibrada, etc.
La poda se puede ejecutar, en un principio, durante todo el periodo de reposo vegetativo; es decir, de dos a tres semanas después de la caída de la hoja hasta la última semana que precede al desborre (cuando las yemas son incipientes). Pero este periodo tan amplio está limitado por:
– Las heladas durante las que se evita podar, ya que los sarmientos son entonces quebradizos y los cortes poco limpios y los tejidos expuestos de nuevo al aire muy sensibles al hielo. Además esto favorecería la entrada de hongos de madera como eutipiosis y yesca.
– Los riesgos de heladas primaverales, ya que las podas precoces provocan un desborre más rápido de las yemas conservadas y las exponen a las heladas primaverales; las podas tardías tienen efecto contrario. Hay que tener en cuenta que en Toro hasta principios de mayo pueden producirse heladas primaverales.
– Problemas de mano de obra, en la que la poda se escalona durante un largo periodo a partir de la recolección hasta el desborre.
– También influye si la viña esta en vaso o en espaldera, pues en este segundo caso es más fácilmente mecanizable y se suelen realizar prepodas mecanizadas.
Teniendo en cuenta estos y otros factores la poda en la Denominación de Origen Toro se suele situar entre diciembre y marzo, teniendo en cuenta que la brotación aquí se suele situar a finales de abril, y debe realizarse siempre antes del desborre o salida de yemas.
Nota: Artículo firmando por Santiago Castro, director técnico del Consejo Regulador de la D.O. Toro