El Consejo Regulador ha sido distinguido por la ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, en su calidad de gran canciller de la Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario, con la Placa de Plata al Mérito Alimentario de dicha Orden, con motivo del 75 aniversario del reconocimiento de esta Denominación de Origen por el Estatuto del Vino de 1932. El acto de entrega de la condecoración, al que acudirá el presidente del Consejo Regulador, José Amancio Moyano Muñoz, tendrá lugar el próximo día 7 de noviembre en la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en Madrid. Moyano se ha mostrado «agradecidísimo» por la distinción, la cual, según comentó ayer, viene a reconocer «la labor realizada por los bodegueros y viticultores de la zona». Para el presidente del órgano vinícola, «además de los numerosos premios que ya consiguen los vinos elaborados en la D.O., siempre es grato recibir distinciones a nivel general», a la vez que resaltó que medidas como ésta «contribuyen a que se nos conozca más».
La calidad del vino de Toro fue reconocida por primera vez con carácter oficial en el Estatuto del Vino del año 1932. Con este documento, lo que se hace es intentar por primera vez la regulación completa del sector y en él hay que buscar el origen de las denominaciones de origen en España, declaración que en el caso de Toro se consiguió en el año 1987. Con el paso del tiempo, según la información suministrada por el Ministerio de Agricultura, el estatuto «quedó desbordado por los avances tecnológicos y la expansión de esta rama de la producción agraria, y sus previsiones resultaron insuficientes o inadecuadas a la nueva situación creada en el entorno por la Comunidad Económica Europea», por lo que se promulgó la Ley 25/1970, en la que se aprobó un nuevo Estatuto de la Viña, del Vino y de los Alcoholes, que ha sido recientemente suplantado por una nueva normativa.
Antes del reconocimiento gubernamental de los años 30, la calidad de los caldos toresanos fue reconocida también a través de premios como el Diploma de Honor logrado en la exposición de Barcelona de 1.898, así como la Medalla de Oro conseguida en la exposición regional de Lugo. La identificación obtenida con el Estatuto del Vino que ahora se premia con la placa del Mérito Alimentario, se produjo en un momento en que en Toro funcionaba la Estación Enológica de Viticultura y Enología, que funcionó como tal desde 1914 a 1937, aunque su fundación hay que datarla en el año 1.890. El que fuera presidente del Consejo Regulador en los años 90, el toresano Angel Carbajosa, recordaba en su pregón de las Fiestas de la Vendimia del año 2006 que la estación contaba con «bodega y fincas para centro de experiencias, cedidas por la Asociación Agrícola Toresana, que contaba con más de 300 socios». En el año 1937 fue redactado un proyecto para construir una nueva estación, pero nunca se llevó a cabo.
El presidente actual del órgano vinícola, Amancio Moyano, incide, no obstante, en resaltar que, «como todos saben, la tradición de los vinos de Toro es muy anterior» a ese reconocimiento del año 32. Incluso a nivel oficial, el sector vitivinícola en la comarca de Toro ya se regulaba en el año 1.628 en las Ordenanzas Vitícolas. Según los datos aportados por Carbajosa, por aquellos años, concretamente en en 1.678, el viñedo de Toro y Guareña alcanzaba las 100.000 aranzadas, unas 30.000 hectáreas -en la última vendimia, que acaba de finalizar, se han recolectado 5.910 hectáreas-. Había, por tanto, una amenaza de sobreproducción que persistió hasta mediados del siglo XIX, en que el viñedo ocupaba un 20% del vasto territorio de Toro. La aparición de enfermedades americanas desconocidas hasta entonces como el oídio o el mildiu y plagas como la filoxera transforman esta situación y hacia los años 90 del siglo las exportaciones alcanzan su máximo esplendor, creandose amplias instalaciones y las primeras bodegas industriales, aunque la depreciación de los vinos del Duero y otros factores invierten de nuevo los términos a finales del XIX. Desde el año 1932 los vinos de Toro han pasado por la crisis y decadencia de los años 60, la recuperación de los 70 gracias al empuje de algunas bodegas que embotellaron y etiquetaron los primeros vinos y el ascenso imparable, aunque con mucho esfuerzo y sacrificio, desde la declaración de D.O. y la creación del Consejo Regulador en 1987.
Una distinción que data de 1905
La actual Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario tiene su origen en la Orden del Mérito Agrícola creada por Real Decreto de 3 de diciembre de 1905. En 1987 se aprueba la nueva Orden y posteriormente su Reglamento. Con la nueva normativa se persigue premiar a las personas que hayan prestado servicios eminentes o hayan tenido destacada actuación a favor de los sectores agrario, pesquero y alimentario en cualquiera de sus manifestaciones. La Orden se divide en tres secciones, Mérito Agrario, Mérito Pesquero y Mérito Alimentario, habiendo sido este último el reconocimiento otorgado al Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro. No obstante, como excepción dentro de las categorías existentes, se puede conceder la Gran Cruz tanto para una sección en particular como para las tres conjuntamente. Según explicaba ayer el presidente del Consejo Regulador toresano, Amancio Moyano, al parecer, la placa al Mérito Alimentario ha sido concedida a otras denominaciones de España y será entregada por la ministra de Agricultura, Elena Espinosa.
Fuente: Maite Barrio, La Opinion de Zamora, 30/10/2007