Investigadores de la Universidad de Alabama, con sede en Birmingham, han descubierto que los nutrientes del vino tinto pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata. El estudio se realizó sobre ratones macho a los que se alimentó con un compuesto vegetal hallado en el vino tinto, que se llama resveratrol y ha mostrado propiedades antioxidantes y anticancerígenas. También tienen resveratrol las uvas, las frambuesas, los cacahuetes y los arándanos.
En el estudio, los ratones alimentados con resveratrol experimentaron una reducción del 87% en su riesgo de desarrollar tumores de próstata del tipo más mortífero. Los ratones que mostraron haber obtenido una mayor protección contra el cáncer la lograron después de siete meses de consumo de resveratrol en polvo mezclado en la comida.
El equipo de investigación de la Universidad de Alabama ha señalado también que otros ratones del estudio, aquéllos a quienes se suministró resveratrol pero aun así desarrollaron un cáncer de próstata de menor gravedad, vieron aumentar en un 48% su probabilidad de que el tumor ralentizara o detuviera su desarrollo, en comparación con los roedores que no tomaron el compuesto.
Coral Lamartiniere, doctora del Departamento de Farmacología y Toxicología de la Universidad de Alabama y una de los principales autoras de la investigación, ha dicho que ésta pasa a engrosar el cada vez mayor acervo de pruebas que demuestran que el consumo de resveratrol a través del vino tinto posee unas poderosas propiedades quimiopreventivas, que se añaden a sus aparentes beneficios para el corazón.Un estudio anterior de la Universidad de Alabama, que se publicó en mayo de 2006, descubrió que las ratonas alimentadas con resverastrol también veían reducir notablemente su riego de padecer cáncer de mama.
Lamartiniere asegura que los miembros de su equipo de investigación han quedado agradablemente sorprendidos ante el poder quimiopreventivo que han demostrado tener el vino y los polifenoles de bayas como el resveratrol en experimentos realizados con animales. “Un científico que investiga la prevención del cáncer trabaja expresamente para vivir días en los que hace este tipo de descubrimientos”, confiesa Lamartiniere. “Yo bebo todas las noches un vaso de vino, porque el cáncer de próstata me preocupa personalmente. Está en el genotipo de mi familia”.
Lamartiniere y otros investigadores han indicado que su trabajo sigue en marcha, con el objeto de testar el consumo de resveratrol en humanos y averiguar qué concentraciones se necesitan para producir beneficios en la prevención del cáncer. En los estudios con ratones de la Universidad de Alabama se emplearon cantidades equivalentes a las que ingeriría una persona que tomara una botella de vino tinto al día, lo cual tampoco es aconsejable. Como beber alcohol en dosis excesivas puede conllevar efectos perjudiciales para la salud, los médicos suelen recomendar un consumo moderado de vino tinto, que se traduce en un promedio de dos vasos al día para los hombres y uno para las mujeres.
En el equipo de Lamartiniere han participado investigadores del Departamento de Patología de la Universidad de Alabama y el Centro Integral del Cáncer. El Departamento de Defensa de Estados Unidos y el Instituto Nacional del Cáncer han aportado apoyo financiero.
Fuente: El Mundo Vino (4/9/2007)