El Volvoreta Probus de la bodega Viñas Zangarrón consigue medalla de oro y la máxima puntuación en la octava cata-concurso nacional de vinos ecológicos Ecoracimos 2007 celebrada en Córdoba
Supone un acontecimiento para la vitivinicultura biológica -orgánica, según otros- de la D.O. Toro. Es el empujón definitivo a una forma de plantearse el mundo del vino en una zona que no acaba de abrazar con fuerza el nuevo sistema de elaboración, paradójicamente aquí más viejo que ningún otro porque es el natural, el de siempre, sólo apartado a un rincón por las modas. El VII Concurso Nacional de Vino Ecológico, que acaba de celebrarse en Córdoba bajo el paraguas de la Junta de Andalucía y la denominación de Ecoracimos, ha dado la máxima puntuación, el premio especial, la medalla de oro, al vino Volvoreta Probus 2005 de bodega Viñas Zangarrón, una cava radicada en Sanzoles y amparada por la denominación de origen Toro.
«Es una satisfacción por muchos motivos -explica Antonio Alfonso, responsable de la bodega galardonada-. Por un lado, porque es un reconocimiento a nuestro trabajo, a una forma de entender la crianza de viñedos y vinos, a la agricultura ecológica en una provincia que tiene que convencerse de sus inmensas posibilidades en la materia. Por otro, porque el certamen Ecoracimos es el más importante en España de vinos ecológicos, con transcendencia internacional y un panel de catadores excepcional, con un prestigio difícil de igualar. Y finalmente porque el premio nos lo han dado en Andalucía, la comunidad autónoma española que más está haciendo por extender el sistema de producción natural, por una forma más sana de entender la agricultura».
El éxito de la bodega Viñas Zangarrón ha sido triple. Además del Volvoreta Probus 2005 que ha obtenido el premio especial de la Diputación de Córdoba, con una puntuación excepcional: 97,25 puntos sobre cien, el Volvoreta Probus 2006 y el Buen Amor 2006, sus otros vinos, también han logrado sendas medallas de bronce en un certamen en el que han participado 124 muestras de vinos bio de toda España, pertenecientes a 65 bodegas de las más importantes denominaciones de origen y de autor. Castilla-La Mancha (16%), Andalucía (13%), La Rioja (13%), Navarra (9%) y Castilla y León (9%) han sido las comunidades autónomas con más muestras en el concurso.
El certamen, reconocido por el Ministerio de Agricultura tiene un objetivo claro: «poner de manifiesto el creciente prestigio y calidad alcanzada en los últimos años por las bodegas que apuestan por la producción ecológica en España, así como dotar del protagonismo que se merecen a los comúnmente denominados vinos "bio"». El prestigio del panel de catadores, integrado por diecisiete expertos de primer orden -entre ellos periodistas especializados, profesionales que atesoran los títulos de mejor sumiller y mejor "nariz de oro", amén del presidente de la Unión Española de Catadores, Fernando Gurrucharri, avalan la importancia del fallo y reafirman el éxito del vino toresano. «La extraordinaria puntuación de un 97,25 sobre 100 supone para la bodega una enorme satisfacción, pero también una gran responsabilidad porque nos obliga a seguir cuidando, de forma exquisita, la evolución de nuestras uvas y la elaboración de nuestros vinos», confiesa Antonio Alfonso.
Viña Zangarrón comercializa sus vinos en España, principalmente en las zonas de Levante, Baleares y Mallorca, pero, sobre todo, en Norteamérica, donde, cada vez más, aprecian las producciones naturales y entre ellas el vino ecológico.
Los viñedos de "Zangarrón" se encuentran en el término municipal de Sanzoles, en terrazas muy aireadas y dentro de un paisaje de una belleza excepcional. Este año la vendimia se va a retrasar hasta octubre. «Esta añada-confirma Antonio Alfonso- puede ser excepcional, pero todavía faltan, hasta la vendimia, unos días claves. Hay que ser cautos y pedir que la maduración concluya sin sobresaltos».
Mar de aromas inclasificables
Los vinos ecológicos de la bodega Viña Zangarrón beben en terrazas conformadas por tierras calizas y arcillosas junto al Talanda, muy soleadas y abiertas. La situación o el microclima o el cuidado natural de los viñedos -vaya usted a saber- hace que el mosto fermentado tenga unas características singulares. No son éstos vinos clasificables ni repetibles, tienen una personalidad que aflora, a raudales, en sus aromas. Un mar de sensaciones olfativas irrumpe tras el descorchado. Y aún es mayor cuando reposan un tiempo en la copa. Allí recuperan la fuerza ciega de los caleños, el perfume del tomillo salvaje, la naturaleza abierta de un paisaje sin ventanas… Este vino gusta o no, pero no tiene igual, no se puede calcar.
Las condiciones de los vinos de la cava de la D.O. Toro se hicieron carne en la cata pública celebrada recientemente en la localidad de Sanzoles. En la prueba, dirigida por el experto sumiller Jesús Ramos, y en presencia del director técnico de la calificación de calidad, participaron decenas de personas que alabaron las características del Volvoreta 2005 y 2006, así como del Buen Amor 2006, todas ellas marcas de esta bodega, consolidadas ya en los mercados y con un prestigio entre los sumilleres.
Vinos con cuerpo pero, sobre todo, sin trampa. Aromas, taninos, la fuerza gustativa se aprecia rápidamente sin tener que apoyarse en la literatura del folleto. Cualquiera se hace experto probando estos mostos, largos, con regusto, dejan en el paladar una impronta que se hace eterna y que invita a repetir, ahí está el sabor del vino de siempre, del natural, el que nada en uvas maduradas a fuerza de sol y tiempo, de cuidados permanentes, de la esencia de una tierra que da lo justo a quien la aprecia.
Fuente: La Opinión de Zamora, 23/09/2007